martes, 27 de octubre de 2009

Paraderos, trampas para usuarios

La falta de coordinación entre autoridades convirtió a las salidas del STC-Metro en escenarios de robos y homicidios. Según la PGJDF, Tacuba, Guerrero y Quevedo son las zonas más peligrosas. Transportistas sostienen que la peor es Indios Verdes

Datos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) indican que entre enero y julio de 2009 los tres paraderos de transporte de pasajeros con mayor comisión de delitos fueron Tacuba, Guerrero y Miguel Ángel de Quevedo. Sin embargo, conductores de varias rutas y especialistas en materia de transporte público no dudan en considerar que uno de los más riesgosos es el de la terminal Indios Verdes.
Roberto Brito, presidente del Comité de Defensa del Usuario de Transporte Público en México (Cedupam), considera que el problema de la inseguridad en los paraderos tiene múltiples causas y la responsabilidad recae en varias autoridades, tanto del Distrito Federal como del estado de México. Dice que si los riesgos en el transporte público de la capital de la República son altos, en la entidad mexiquense son aun mayores.
Según estimaciones de los propios conductores, las rutas que conectan Indios Verdes o La Raza con municipios del noreste del valle de México acumulan el mayor índice de asaltos a mano armada. Los tramos de recorrido considerados como “críticos” son Tulpetlac, El Rastro, Acueducto, Santa Clara y San Pedro Xalostoc a la altura de la zona La Colonia, además del mismo paradero del Metro.
El también miembro del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Roberto Brito, insiste que en el área metropolitana de la ciudad de México anualmente se registran alrededor de 200 defunciones en las que está involucrada una unidad de transporte público, ya sea a causa de asaltos o por accidentes. “Es como si cada año tuviéramos un atentado similar al ocurrido en la estación Atocha de Madrid en marzo de 2004”, dice.
Clasificación de ilícitos
Las autoridades capitalinas han clasificado los delitos que se cometen en paraderos aledaños a estaciones del Metro en dos tipos: los que se ejecutan en los andenes de abordaje de autobuses y los que se cometen a bordo.
En el primer caso la PGJDF tiene registrados en los primeros siete meses de este año un total de 468 robos a transeúnte con y sin violencia, y sólo 59 asaltos con violencia a bordo de microbús. Aunque estadísticas de la Procuraduría de Justicia del DF ubican al paradero de La Raza en el lugar número 19 en incidencia delictiva, datos de la misma dependencia capitalina señalan que en los últimos dos meses han sido detenidas al menos dos bandas de asaltantes en la delegación Gustavo A. Madero, donde se ubica ese paradero. Esas bandas son conocidas como Los Gandallas y la de El Huesos.
“Esta gente (los asaltantes) no tienen hora para asaltar. Ellos asaltan al que pasa. No tienen preferencia por alguna ruta en específico”, dice Cipriano Bobadilla, representante de la Ruta 1, que agrupa un aproximado de 200 unidades de transporte público. Según estimaciones de esta ruta, en algunas ocasiones un operador puede acumular hasta dos asaltos en un solo día. “La policía sólo viene en la mañana para impedir que invadamos los carriles de Insurgentes. A las nueve se van y el paradero se queda en un total abandono de la autoridad. Hace como dos años que no se hacen operativos”, abunda.
Factores de riesgo
Lagunas jurídicas que impiden la coordinación entre el Distrito Federal, el estado de México y la Policía Federal, que se encarga de la seguridad en los tramos carreteros; falta de voluntad de las autoridades y hasta el comercio ambulante son algunos factores que impiden una mayor seguridad en el transporte público del área metropolitana, indican especialistas y conductores. “El tema del transporte no es una prioridad en la gestión de estos dos gobiernos. Incluso, la Ley de Transporte, emitida por Carlos Hank en la década de los años 70 cuando fue gobernador del estado de México, nunca menciona la palabra ‘peatón’. Eso es gravísimo”, dice Brito.
Las mayores críticas del Cedupam recaen en las secretarías de Transportes y Vialidad (Setravi) y Seguridad Pública. “La primera es la secretaría de los choferes: nunca hace caso al peatón y los operativos policiacos por sí solos no sirven. Son medidas de corto plazo. Se crea el efecto cucaracha”, agrega.
Hasta julio de 2009, las salidas el Metro más peligrosas, según la PGJDF por el número de denuncias, eran Tacuba, con 41 denuncias; Guerrero, 35; Puerto Aéreo, 25; Miguel Ángel de Quevedo, 25; Hidalgo, 23; Salto del Agua, 23, y Niños Héroes, 20.

El Universal 26 de octubre de 2009

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